8 de noviembre de 2022

Aireación y otros cuidados para el mantenimiento del césped

Importancia de las labores culturales para mantener el césped sano El factor más determinante para presentar un césped sano y a prueba de enfermedades, es el mantenimiento que se realiza sobre él. De poco sirve elegir la especie y variedad de semilla más novedosa y mejor adaptada a las condiciones climatológicas de nuestro jardín, si […]
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Importancia de las labores culturales para mantener el césped sano

El factor más determinante para presentar un césped sano y a prueba de enfermedades, es el mantenimiento que se realiza sobre él. De poco sirve elegir la especie y variedad de semilla más novedosa y mejor adaptada a las condiciones climatológicas de nuestro jardín, si no se acompaña de las labores de mantenimiento adecuadas. En esta entrada repasaremos las labores principales para el mantenimiento de un césped sano y los momentos adecuados para realizarlas. 

Con la premisa de que más vale prevenir que curar, desarrollaremos un plan de cuidados preventivos en nuestro jardín que hará que se reduzca el riesgo de enfermedades y otras afecciones. Con un correcto mantenimiento, buscando dotar a la planta de las fortalezas necesarias para prevenir cualquier estrés, evitaremos al mínimo la aplicación de productos fitosanitarios, con la reducción en el presupuesto destinado al mantenimiento del jardín que esto supone.

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Labores principales para el mantenimiento del césped

Las labores principales para conseguir un césped fuerte y sano comienzan incluso antes de la siembra con la preparación del terreno, con ello conseguiremos mejorar las posibilidades de éxito en la germinación de las semillas sembradas y una mejor implantación del césped. Fertilización, escarificado, pinchado y resiembra serán el resto de labores a incorporar en nuestro plan de mantenimiento. Ahondemos un poco en cada una de ellas:

Preparación del terreno

La preparación previa del terreno es un factor fundamental no sólo para el éxito de la siembra, sino también para evitar dolores de cabeza futuros en el mantenimiento de nuestro césped. 

Será necesario eliminar las malas hierbas antes de sembrar, puesto que así evitaremos que estas especies no deseadas compitan con la variedad cespitosa elegida y conseguiremos una imagen mucho más uniforme en nuestro jardín. Otra labor que comprende la preparación del terreno es el roturado y labrado de la tierra. Este proceso comprende la descompactación y aireación del suelo por el paso de una máquina de arado. De esta manera reduciremos la resistencia del terreno ante la germinación y crecimiento de la planta. Es necesario hacerlo con la tierra seca para evitar la aparición de terrones.

Instalación de la capa de drenaje y sustrato. Los suelos con poca capacidad de drenaje producen zonas en las que el agua se acumula, siendo el mayor caldo de cultivo para futuras enfermedades producidas por hongos. Para instalar la capa de drenaje, será necesario implementar una capa de arena bajo la superficie y sobre ella una capa de sustrato que contenga los nutrientes que necesita la planta para su desarrollo.

Tras estas labores, será necesario nivelar el terreno, de tal manera que consigamos una superficie uniforme que facilite las labores de siega posteriores y las zonas de acumulación de agua que pudieran aparecer. El nivelado se puede realizar con un rastrillo, lo que nos permitirá eliminar piedras o palos que estén en el terreno.

La última labor a realizar sobre el terreno se realiza tras la siembra, para aumentar el contacto de las semillas con el terreno y favorecer las condiciones que requiere la planta para su germinación (temperatura y humedad constante), será preciso pasar un rulo que nos ayuda a “pegar” la tierra a las semillas recientemente sembradas.

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Escarificado

La escarificación consiste en abrir ligeramente el suelo para permitir la aireación del terreno, eliminando la hierba que se encuentre apelmazada y el musgo que se haya podido desarrollar. La acumulación de materia orgánica que se acumula sobre el césped proveniente de los restos de siega no recogidos, puede llegar a producir la asfixia y muerte de nuestro césped, puesto que produce una capa que impide el paso del agua hacia las raíces.

Para realizar el primer escarificado, debemos esperar a que el césped se haya desarrollado suficientemente y tenga la dureza y resistencia necesaria para soportar el proceso. Esto se produce normalmente cuando lleva 3 años implantado, sin embargo si has optado por variedades de mayor grosos y dureza de hoja (como por ejemplo el Pennisetum clandestinum), el escarificado se puede realizar ya en el segundo año de implantación de la semilla.

Pinchado

El proceso de pinchado del césped se basa en realizar agujeros (pueden ser de diferentes tamaños y a distintas profundidades), para mejorar la aireación del terreno, lo que permite que llegue oxígeno a las raíces del césped. Obviamente en el proceso de pinchado se producen lesiones a las plantas, sin embargo está demostrado que la recuperación de dichas lesiones es rápida y los beneficios que conlleva (desarrollo radicular y mejora en la salud general de la planta), justifican totalmente el proceso de pinchado.

Existen muchas opciones para realizar el pinchado del césped, dependiendo si los pinchos son huecos o macizos y los diferentes grosores disponibles.

Fertilización

La aportación de fertilizante al césped es fundamental para dotar a la planta de los nutrientes necesarios para su crecimiento y correcto funcionamiento de las funciones vitales. Dichos nutrientes no siempre están recogidos en el terreno de manera natural, por lo que es necesario configurar un plan de fertilización acorde a las necesidades específicas de nuestro césped.

Es imposible establecer un plan general de abonado que contemple todas las posibles combinaciones de terreno-especie-clima-disponibilidad de nutrientes, sin embargo, sí podemos establecer algunas reglas generales:

la formulación de los abonos identifica las unidades fertilizantes que contienen de Nitrógeno, Fósforo y Potasio (N-P-K en ese orden siempre), de tal manera que si optamos por un fertilizante 12-25-12, contendrá 12 unidades fertilizantes de Nitrógeno, 25 de Fósforo y 12 de Potasio.

Podemos aplicar fertilizantes de liberación rápida del Nitrógeno o lenta. Teniendo en cuenta que un exceso de Nitrógeno podría tener consecuencias adversas en la planta en forma de quemados, se recomiendan abonos con una parte del Nitrógeno de liberación lenta, puesto que evitamos el riesgo mencionado y el césped tiene los nutrientes disponibles durante más tiempo. De esta manera evitamos también la aparición de picos de crecimiento inesperados o un crecimiento excesivo que derivaría en un aumento del número de siegas.

Los fertilizantes con alto contenido en Nitrógeno, deben aplicarse en las estaciones de crecimiento de la planta en céspedes ya establecidos, mientras que en siembras nuevas elegiremos fertilizantes con un contenido mayor de Fósforo, puesto que repercute directamente en el proceso de germinación y rápido crecimiento radicular.

El abonado en el césped se puede realizar con diferentes tipos de fertilizantes: líquidos, granulados o solubles y de origen mineral, orgánico u organomineral. Si quieres conocer diferentes opciones de fertilizantes, puedes visitar la página de SD by Dalmau para acceder a su amplio catálogo disponible.

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Resiembra

Para conocer todo lo necesario sobre la resiembra en césped, puedes acceder a este enlace, en el que tenemos una entrada únicamente dedicada a este punto del mantenimiento del césped.

Cuándo realizar las labores de mantenimiento del jardín

Las labores de preparación del terreno, obviamente se realizan previas a la siembra del césped, para aumentar el éxito de la misma. El mejor momento para escarificar nuestro césped es durante la Primavera, puesto que es el momento de mayor crecimiento del césped y estará más preparado para recuperarse del estrés causado por el proceso de escarificado.

El momento perfecto para el pinchado del césped es a comienzos de Primavera, para poder aprovechar la fuerza de crecimiento de la planta en su recuperación. Podría efectuarse otro pinchado en Otoño si fuera necesario, aunque no es recomendable someter al césped a más de dos pinchados al año.

Sobre el abonado podemos establecer diferencias entre el tipo de especie sembrada en nuestro jardín, ya sean variedades del tipo C3 o C4.

Para céspedes de estación fría o C3, estableceremos dos fertilizaciones, una en Otoño cuando hayan disminuido algo las temperaturas y otro al inicio de la Primavera

Para céspedes de clima cálido o C4, fertilizaremos en Primavera en el momento que nuestro jardín empiece a reverdecer y en Otoño cuando se haya reducido la temperatura.

En ningún caso abonaremos en verano con altas temperaturas, puesto que podemos provocar quemados en el césped.

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